sábado, 9 de febrero de 2013

MEMORIAS DE UN PARADO CXXVII - Carnaval -

Siempre que llega Carnaval o Carnestoltes, hace un frío que pela. Este año no podía ser menos, ya que en Zamora estamos a 4 grados (por ahora sobre cero), ya veremos lo que nos deparan los próximos días.

Todavía no se si hay Rúa en Zamora. Lo que si se, es que en algunos pueblos de la provincia hay tradiciones muy antiguas, como en Toro, Benavente o Villanueva de Valrojo con sus cencerros.


Sin embargo en casi toda España estos días son de fiesta, juerga y disfrutar de la calle.
En Tarragona, aunque refiriéndose a Reus, decir Tarragona es casi un sacrilegio, se lanzaron con el cartel, pero, según las mentes bienpensantes, todo tiene un límite y han tenido que retirarlo. Pero si solo se ven dos tetas.  Hay que ver con la ola de puritanismo que nos invade. Ya se ve que los conservadores están en todo.

En Sitges, estos días, la Comunidad de Gays y Lesbianas, aprovechan para dar rienda suelta a sus fantasías y tomar las terrazas y paseos. La Rúa del Martes está increiblemente saturada. Yo no he podido ir nunca, porque aparcar es casi imposible, pero cuando trabajaba en Barcelona, volver a casa en el tren tambien se convertía en ardua tarea (por lo menos hasta Sitges) y de un rato de enlatarse como las sardinas.

El Jueves o día de la tortilla o "dijous gras", los chavales tiran merengue a diestro y siniestro en Vilanova i La Geltrú, como inicio de las fiestas de Carnaval.

Aquí solo he visto a niños disfrazados. Ayer viernes, todo un colegio de niños pequeños como mis nietos, paseaban disfrazados por la calle de San Torcuato (una de las principales arterias peatonales de Zamora), con la consiguiente marea de padres, móviles en ristre, dedicados a perpetuar el evento y henchidos de orgullo y emoción.

Claro que si. Si hubieran sido mis nietos yo hubiera hecho lo mismo, por supuesto.

Pero ni Carnaval, ni nada, sino que estoy dando el "do de pecho" en una búsqueda intensísima de posibilidades para trabajar.

Si nadie me quiere contratar, pues trabajaré por mi cuenta, asesoraré a gente, llevaré contabilidades y haré lo que sea, pero esto tiene que cambiar.

Si no cambiamos nosotros el ritmo de los acontecimientos, en todos los sentidos, nadie lo va a hacer.
El Sr. Rosell, presidente de la CEOE, osea la patronal,  dice que "no hay tantos parados como se dice" y que "a los funcionarios hay que pagarles un subsidio y que se queden en casa para que no gasten luz, papel y calefacción".

Pues si su opinión es tan válida como la de su antecesor Diaz Ferran y los valores del Sr. Rosell son tantos como los del empresario de viajes Marsans, vamos apañados.

Mientras tanto hay gente que se mueve. He aquí una muestra.

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