martes, 13 de agosto de 2013

MEMORIAS DE UN PARADO CCXLVII - Agotado -

Ayer hizo mucho calor, mas bien muchísimo calor, pero por la noche se levantó un viento, en un principio caliente, pero que después se fue enfriando y que ha durado toda la noche y sigue esta mañana. Vaya tiempo mas raro.

Por la tarde hice una pequeña ruta por uno de los caminos que salen del pueblo y que fue por donde tuve que estar buscando el móvil de mi padre. Mas o menos encontré una explicación, ya que ese camino es bastante corto y se acaba en unas tierras. No tiene salida si no es campo a través, pero eso puede ser peligroso, ya que si se aparta uno de los senderos, que a veces son difíciles de localizar, el extravío es fácil.

Ya el otro día me pareció una ruta interesante, aunque el resultado es ir únicamente a dar un paseo por las fincas, ya que parece hecho a medida, para el acceso de los agricultores.


Hice la medición inversa, osea desde una construcción de piedra, que marca la altitud máxima de 704,11m sobre el nivel del mar (mas alto que la Ermita del Pueblo) y que asemeja a las que utilizaban los pueblos celtíberos como los vacceos o los vettones (no está claro cual fue la tribu que habitó esta zona concreta de los Arribes) y que seguramente fue utilizada por soldados, pastores o agricultores que en un momento determinado se quisieron resguardar, hasta la puerta de mi casa que no marca la altitud mínima, ya que esta se encuentra en una depresión del camino.




La vista refleja la cercanía del pueblo. Pero entre lo interesante están los pocos cultivos que van quedando. Hay alguna huerta, melones, sandías, calabazas y arriba del todo, al lado de la construcción de piedra, unas espalderas, pero no para viñas, sino para árboles frutales, que en este momento están completamente abandonados.



Yo creo que hoy en día, ante tanta tragedia humana que hay en este país, no se debe descartar la alternativa de vivir en un pueblo. Hay que trabajar, claro, mucho, porque la "zacha" y el "rastrillo" no tienen ni pilas ni enchufe, pero se puede obtener lo necesario para la subsistencia. Sobre todo si, además se pueden poner algunos animales, para completar la dieta necesaria.

La acumulación de personas en las ciudades, por intentar buscar la oportunidad que no nos da el pueblo o la zona rural, también significa muchas veces el fracaso y el engorde de las bolsas de pobreza e indigencia, como podemos ver cada día entre la gente deshauciada, las puertas del supermercado, las iglesias o los habitáculos de los cajeros de los bancos por la noche. Esta es la España que tenemos, por mucho que nuestros políticos crean que vivimos en el País de Jauja.

Mientras tanto, yo estos días estoy agotado. Por el calor, porque estoy cuidando a mis padres y a veces es difícil hacerlo, por las colaboraciones que hago de sol a sol en el intento de que en Septiembre se traduzcan en el trabajo deseado, por el cuidado de una casa grande que intento mantener limpia y en orden, por el cuidado del huerto, que ahora que mi padre ha desistido, estoy plantando y regando, por mi salud que con todas estas cosas anda un poquito deteriorada.

Me voy a León estos días que todo está parado, a ver si consigo hacerme unos "mimitos" y vuelvo con las pilas cargadas a seguir luchando.




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