jueves, 30 de enero de 2014

MEMORIAS DE UN PARADO CCCXXXVII - Fotos -

Esta mañana sigue haciendo sol en Calafell, hace frío, pero nada comparable a la nieve y temperaturas extremas que se están viviendo en el norte de España.

A veces pillo carrerilla y me quedan muchas cosas en el tintero, arrastrado por la actualidad o las cosas que marcan mi día a día.

Hoy me embarga la tristeza de pensar que hay 3 millones de niños sin futuro, sin posibilidad de salir adelante y pasando hambre. Lo está diciendo Save de Children, lo están diciendo los profesores y profesoras que ven como los alumnos van corriendo al comedor escolar.

Mientras tanto políticos y tertulianos se enzarzan en disputas, unos diciendo que si y los otros diciendo que no. Manda narices que no sean capaces de aunar esfuerzos, en vez de discutir sobre si hay brotes verdes o no.

Los partidos mayoritarios, ante unas elecciones, como serán las europeas en mayo, tienen escisiones de gente que quiere ir a dormitar y cobrar un pastizal al Parlamento Europeo mientras lo demás les importa menos que nada.

El PSOE, aparentando democracia en unas primarias que están mas que dirigidas. El PP dividido en tres. La ultraderecha que parece ha encontrado en VOX el zapato de su talla, donde se refugian las víctimas del terrorismo y otros especímenes.

Los que no hacen nada, dirigidos por Soraya Saenz de Santamaría, que esperan las órdenes de Alemania y los que intentan hacer una democracia social y son críticos con la ley de educación, la del aborto, etc.

Mientras tanto los demás pagando las consecuencias de la ineptitud o codicia de todos ellos.







Se gastan una pasta en contenedores, para juntarlo después todo en el camión o para que llegue al vertedero separadito y así ahorrarse en personal. En Calafell hay una batería de estos contenedores cada 100 metros, mientras el paro, la miseria y la pobreza se apoderan de la población.


Mientras, el paisaje urbano se asemeja cada vez mas a las playas de Agadir y parte del Magreb, con palmeras datileras, burkas, saris o como se llame esos pañuelos y trapicheo de hierba que es lo que se ve cada día al oscurecer.

Ahora, parece que la cosa no está tan clara. Tengo amigos marroquíes que me dicen que se van a ir porque la Generalitat ya no les da ayudas. Debe de ser que les da la misma ayuda que a los demás, pero, claro estaban acostumbrados a que esto no fuera así.




Aunque quizá la clave de todo esté en esta frase del magnífico Eduard Punset, colgada en la guardería de mi nieto que dice: "La autoestima que alguien necesita durante su vida, depende del amor recibido en sus primeros años de vida".

Yo como soy de la época en que tanto padres como maestros decían: "la letra con sangre entra" y animaladas por el éstilo, donde el orden y la disciplina estaban por encima de cualquier cosa, quizá me falte la autoestima necesaria, en esta época, como para afrontar un futuro oscuro.


No hay comentarios: