Esta mañana luce el sol, aunque ayer domingo hizo un día bastante malo, de lluvia, frío y humedad que acompañaba a quedarse en casa, leyendo y viendo la televisión.
Y eso fue lo que hicimos. Vimos dos películas grababas que teníamos en casa, porque las habían dado recientemente por televisión: "bajo el sol de la Toscana" y "Manolito gafotas". Esta última es como una joya, por sus frases lapidarias, dignas de ser guardadas y repetidas hasta la saciedad.
Cuando acabaron esas películas, estaban dando otra de las mil veces repetidas que era "Estoy hecho un chaval", protagonizada por Paco Martínez Soria, que trata de la situación de paro que había provocado la crisis del petróleo (1.976) y cuyos paralelismos, así como comparaciones, con la época actual eran inevitables.
Trata de un contable, que tras 40 años en la empresa le anuncian su jubilación al ir a pedir un aumento de sueldo. En esa época no se podía vivir con la pensión de jubilación y la gente debía de continuar en sus puestos de trabajo hasta que el cuerpo aguantara, pero mientras la empresa no le obligara a una forzosa.
La situación de paro hace que, debido a la edad, a las personas mayores les sea imposible encontrar un puesto de trabajo, teniendo que hacer las actividades mas variopintas como vender enciclopedias (no había internet), muñequitos que se mueven, jugar a la quiniela (no había primitiva, bonoloto o euromillón) o participar en concursos televisivos.
La tremenda inflación de esos años, también hacía que el empleo femenino como dependienta o asistenta en el hogar, estuviera muy mal pagado y fuera insuficiente para el mantenimiento de las cargas familiares.
Finalmente un tapete con motivos folklóricos, hace que toda la familia se desplace a Alemania, para poner un negocio de productos "tipical spanish", y un cuadro de Madrid que no se vende porque: "En España no se puede vivir, pero cuando vivo en el extranjero estoy deseando volver".
Y es que el sistema español, en época de vacas gordas, ha producido empleo, pero nunca mas empleo que la media europea. Sin embargo en época de vacas flacas ha destruido mas empleo que la media europea.
La otra diferencia con otras épocas es que la crisis actual se basa en una crisis financiera, en una crisis institucional, debido a la corrupción política generalizada y a unos aparatos de partidos sobredimensionados que se retroalimentan a si mismos, haciendo, por un lado imposible la entrada de savia nueva que pudiera solucionar los problemas de la sociedad y por otro ahondan en el distanciamiento entre políticos y ciudadanos, empañando la visión de los problemas reales.
Hoy en día, ni muchas personas que trabajan y mucho menos las que no trabajan o han agotado sus prestaciones de desempleo, son (somos) capaces de llegar a fin de mes y en ello ahondaba el último programa de televisión que vimos en el día de ayer, que fue el "Salvados" de Jordi Ebole, acerca de la pobreza energética y de cuantas familias tienen que prescindir de agua, luz y gas en sus viviendas, porque no la pueden pagar.
De como enganchan los contadores, mientras todos miran hacia otro lado, en especial, las personas que una vez acabada su carrera política, osea los que pueden legislar para acabar con el problema, tienen asegurado su sillón en los Consejos de Administración de las empresas energéticas.
Un mal sabor de boca fue lo que me quedó en el día de ayer y la falta de conciliación de sueño, hace que hoy tenga un auténtico malestar.
Y eso fue lo que hicimos. Vimos dos películas grababas que teníamos en casa, porque las habían dado recientemente por televisión: "bajo el sol de la Toscana" y "Manolito gafotas". Esta última es como una joya, por sus frases lapidarias, dignas de ser guardadas y repetidas hasta la saciedad.
Cuando acabaron esas películas, estaban dando otra de las mil veces repetidas que era "Estoy hecho un chaval", protagonizada por Paco Martínez Soria, que trata de la situación de paro que había provocado la crisis del petróleo (1.976) y cuyos paralelismos, así como comparaciones, con la época actual eran inevitables.
Trata de un contable, que tras 40 años en la empresa le anuncian su jubilación al ir a pedir un aumento de sueldo. En esa época no se podía vivir con la pensión de jubilación y la gente debía de continuar en sus puestos de trabajo hasta que el cuerpo aguantara, pero mientras la empresa no le obligara a una forzosa.
La situación de paro hace que, debido a la edad, a las personas mayores les sea imposible encontrar un puesto de trabajo, teniendo que hacer las actividades mas variopintas como vender enciclopedias (no había internet), muñequitos que se mueven, jugar a la quiniela (no había primitiva, bonoloto o euromillón) o participar en concursos televisivos.
La tremenda inflación de esos años, también hacía que el empleo femenino como dependienta o asistenta en el hogar, estuviera muy mal pagado y fuera insuficiente para el mantenimiento de las cargas familiares.
Finalmente un tapete con motivos folklóricos, hace que toda la familia se desplace a Alemania, para poner un negocio de productos "tipical spanish", y un cuadro de Madrid que no se vende porque: "En España no se puede vivir, pero cuando vivo en el extranjero estoy deseando volver".
Y es que el sistema español, en época de vacas gordas, ha producido empleo, pero nunca mas empleo que la media europea. Sin embargo en época de vacas flacas ha destruido mas empleo que la media europea.
La otra diferencia con otras épocas es que la crisis actual se basa en una crisis financiera, en una crisis institucional, debido a la corrupción política generalizada y a unos aparatos de partidos sobredimensionados que se retroalimentan a si mismos, haciendo, por un lado imposible la entrada de savia nueva que pudiera solucionar los problemas de la sociedad y por otro ahondan en el distanciamiento entre políticos y ciudadanos, empañando la visión de los problemas reales.
Hoy en día, ni muchas personas que trabajan y mucho menos las que no trabajan o han agotado sus prestaciones de desempleo, son (somos) capaces de llegar a fin de mes y en ello ahondaba el último programa de televisión que vimos en el día de ayer, que fue el "Salvados" de Jordi Ebole, acerca de la pobreza energética y de cuantas familias tienen que prescindir de agua, luz y gas en sus viviendas, porque no la pueden pagar.
De como enganchan los contadores, mientras todos miran hacia otro lado, en especial, las personas que una vez acabada su carrera política, osea los que pueden legislar para acabar con el problema, tienen asegurado su sillón en los Consejos de Administración de las empresas energéticas.
Un mal sabor de boca fue lo que me quedó en el día de ayer y la falta de conciliación de sueño, hace que hoy tenga un auténtico malestar.
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