Como buena mañana de domingo, no he salido de casa, aunque parece que luce el sol y por lo menos hoy no hace viento, pero si un frío que no acaba de marcharse. Esta mañana teníamos 14ºC, lo cual da lo mismo las fechas en que sea Carnaval, siempre tienen que ser frías.
A mi no me gusta Carnaval. Me parece que ya nos disfrazamos lo suficiente todo el año de lo que no somos, como para encima dedicarle una semana.
Cuando yo tenía 13 años, mis padres vinieron a Calafell para ser los encargados de un supermercado en la playa, con la idea de tener un futuro que en Barcelona no era muy halagüeño y la intención de quesarse como dueños del establecimiento en un período relativo.
Esa fue la fecha en la que empecé a trabajar y en la que todavía no he parado, ya que a pesar del desempleo sigo buscando cosas.
Era todavía el final del franquismo, época en la que el Carnaval estaba prohibido, supongo que por la moral católica que imperaba y por el hecho de que ir disfrazado podía originar problemas de seguridad. En todas partes menos en Vilanova y la Geltrú (entonces Villanueva y la Geltrú), donde, según me explicaron, un alcalde de la época (no había elecciones municipales y el equipo del ayuntamiento estaba muchos años) se responsabilizó del mismo.
El Carnaval de entonces consistía en que los pocos homosexuales que se atrevían, se disfrazaban de mujer y los mozos de le época los perseguían y los desnudaban, incluso algunas veces les hacían fotos. No se si de paso, en esta España de pandereta, aún les propinarían una paliza. Uno de ellos decían que era un locutor de televisión, de los que aparecía siempre porque solo había dos canales.
Si a todo eso le unimos, que en mi familia también imperaba la moral católica, mi edad de 13 años, que iba a La Salle y que vivía en una especie de burbuja. Todo aquello superaba de largo, incluso mi imaginación y desde entonces debo de tener algún chip desconectado que nunca mas volvió a funcionar.
Para mis nietos, que afortunadamente han crecido en libertad, es muy divertido disfrazarse, porque lo hacen de "Pirata" de "Power ranger", o de lo que esté de moda en ese momento, así como las niñas lo hacen de Blancanieves o de Princesa, pero cuando llega la noche, el travestismo vuelve a conquistar la calle, en los pocos momentos en los que se puede dar rienda suelta al desenfreno.
Y es que a pesar de que muchos personajes de televisión hablen sin problemas de su ambigüedad o homosexualidad, está claro que en el mundo de la farándula, en España no parece tan fácil serlo en el ámbito de un Consejo Directivo, el fútbol o los estamentos militares.
Yo con el tiempo, tengo asumidas muchas cosas. Cuando estudiaba Relaciones Laborales, tuve la inmensa suerte de tener un magnífico profesor de Psicología, que se llama Tous, como los famosos joyeros. Nos explicaba que en el mundo del trabajo, nosotros lo que debíamos hacer era analizar los comportamientos, viendo si alguien era apto o no apto para el trabajo que debía desarrollar, sin entrar en su manera de ser o de comportarse. En el caso de que existiera alguna enfermedad era el Psiquiatra en el ámbito Clínico el que debía tratar, pero hablando de esquizofrenias, demencias, etc. no de enviar al homosexual a tratamiento de electroshock como se hizo en otras épocas. Estos no son enfermos ni mucho menos.
En este punto era donde siempre insistía que todos eramos normales, "raritos pero normales".
Cuanta razón tiene el Profesor Tous, que si entendemos nuestras rarezas, nos será mas fácil asumir, que los demás tienen todo el derecho a ser diferentes, añadiendo "afortunadamente", porque si todos fuéramos iguales el mundo sería muy aburrido.
O lo que nos va a quedar de Mundo, dentro de poco. Angela Merkel ya intentó en Chipre quedarse con el "oro ruso", bloqueando las cuentas de éstos en el pequeño país mediterráneo.
Ahora, la cosa se está liando en Ucrania, donde los rusos tienen sus salida al mar y no quieren perder su influencia estratégica.
A mi me parece que Rusia sigue siendo un país muy poderoso y que Putin es mucho Putin, mientras que la Unión Europea, cada vez pintamos menos, por mucha OTAN que nos ayude, por lo que no andaría jugando a la guerra.
Bueno, esto tiene dos noticias, una buena y otra mala. Empezamos por la buena que es que no tendremos que pagar las deudas. La mala es que seguramente queden pocos para contarlo.
Y la excelente noticia es que si esto sucede pronto el Real Madrid no ganará la liga.
A mi no me gusta Carnaval. Me parece que ya nos disfrazamos lo suficiente todo el año de lo que no somos, como para encima dedicarle una semana.
Cuando yo tenía 13 años, mis padres vinieron a Calafell para ser los encargados de un supermercado en la playa, con la idea de tener un futuro que en Barcelona no era muy halagüeño y la intención de quesarse como dueños del establecimiento en un período relativo.
Esa fue la fecha en la que empecé a trabajar y en la que todavía no he parado, ya que a pesar del desempleo sigo buscando cosas.
Era todavía el final del franquismo, época en la que el Carnaval estaba prohibido, supongo que por la moral católica que imperaba y por el hecho de que ir disfrazado podía originar problemas de seguridad. En todas partes menos en Vilanova y la Geltrú (entonces Villanueva y la Geltrú), donde, según me explicaron, un alcalde de la época (no había elecciones municipales y el equipo del ayuntamiento estaba muchos años) se responsabilizó del mismo.
El Carnaval de entonces consistía en que los pocos homosexuales que se atrevían, se disfrazaban de mujer y los mozos de le época los perseguían y los desnudaban, incluso algunas veces les hacían fotos. No se si de paso, en esta España de pandereta, aún les propinarían una paliza. Uno de ellos decían que era un locutor de televisión, de los que aparecía siempre porque solo había dos canales.
Si a todo eso le unimos, que en mi familia también imperaba la moral católica, mi edad de 13 años, que iba a La Salle y que vivía en una especie de burbuja. Todo aquello superaba de largo, incluso mi imaginación y desde entonces debo de tener algún chip desconectado que nunca mas volvió a funcionar.
Para mis nietos, que afortunadamente han crecido en libertad, es muy divertido disfrazarse, porque lo hacen de "Pirata" de "Power ranger", o de lo que esté de moda en ese momento, así como las niñas lo hacen de Blancanieves o de Princesa, pero cuando llega la noche, el travestismo vuelve a conquistar la calle, en los pocos momentos en los que se puede dar rienda suelta al desenfreno.
Y es que a pesar de que muchos personajes de televisión hablen sin problemas de su ambigüedad o homosexualidad, está claro que en el mundo de la farándula, en España no parece tan fácil serlo en el ámbito de un Consejo Directivo, el fútbol o los estamentos militares.
Yo con el tiempo, tengo asumidas muchas cosas. Cuando estudiaba Relaciones Laborales, tuve la inmensa suerte de tener un magnífico profesor de Psicología, que se llama Tous, como los famosos joyeros. Nos explicaba que en el mundo del trabajo, nosotros lo que debíamos hacer era analizar los comportamientos, viendo si alguien era apto o no apto para el trabajo que debía desarrollar, sin entrar en su manera de ser o de comportarse. En el caso de que existiera alguna enfermedad era el Psiquiatra en el ámbito Clínico el que debía tratar, pero hablando de esquizofrenias, demencias, etc. no de enviar al homosexual a tratamiento de electroshock como se hizo en otras épocas. Estos no son enfermos ni mucho menos.
En este punto era donde siempre insistía que todos eramos normales, "raritos pero normales".
Cuanta razón tiene el Profesor Tous, que si entendemos nuestras rarezas, nos será mas fácil asumir, que los demás tienen todo el derecho a ser diferentes, añadiendo "afortunadamente", porque si todos fuéramos iguales el mundo sería muy aburrido.
O lo que nos va a quedar de Mundo, dentro de poco. Angela Merkel ya intentó en Chipre quedarse con el "oro ruso", bloqueando las cuentas de éstos en el pequeño país mediterráneo.
Ahora, la cosa se está liando en Ucrania, donde los rusos tienen sus salida al mar y no quieren perder su influencia estratégica.
A mi me parece que Rusia sigue siendo un país muy poderoso y que Putin es mucho Putin, mientras que la Unión Europea, cada vez pintamos menos, por mucha OTAN que nos ayude, por lo que no andaría jugando a la guerra.
Bueno, esto tiene dos noticias, una buena y otra mala. Empezamos por la buena que es que no tendremos que pagar las deudas. La mala es que seguramente queden pocos para contarlo.
Y la excelente noticia es que si esto sucede pronto el Real Madrid no ganará la liga.
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