sábado, 16 de agosto de 2014

MEMORIAS DE UN PARADO CDLXXVI - Tejanos rotos -

Esta mañana a las 8,25h. tenemos una temperatura exterior de 14,9ºC y una interior de 22,8ºC, con una humedad relativa del 42%. El cielo está despejado, pero hace viento y con estas temperaturas, pues también hace "rasca", cosa que debería suceder mas adelante y no en el Puente de Agosto, osea que va a ser verdad que el tiempo está raro y los mas apocalípticos dirán que eso es culpa del cambio climático, para favorecer que el Senador Americano Al Gore, siga vendiendo libros y destrozando los bosques del planeta.

Ayer, medio pueblo, se dedicó a rezar todo el día, porque después del Rosario de la Aurora, a las 12 de la mañana hubo misa y siguieron con el tema.

Como aquí nos conocemos todos, no entiendo porqué tanta misa, si después son malos de solemnidad, mas valdría que fueran mas solidarios y tuvieran la lengua menos afilada.

Hay aquí una chica que pide la comida a la Cruz Roja (cosa que haré yo en cuanto se marche mi madre) y en vez de recibir la solidaridad del pueblo, lo único que recibe es la crítica y la chafardería de todo el mundo, como si la gente se regocijara de la desgracia ajena, mientras ellos no dejan de ser mas que unos "desertores del arado", que huyeron hacia las zonas industriales, en una época de expansionismo económico, después de estar hartos de pasar tanta hambre y necesidad.

Y es que no tienen nada mejor que hacer en todo el día, porque su meta fue conseguir una paga, fuera de la agraria o fuera de la jubilación en los lugares donde fueron, pero poco dinero del que ganaron lo utilizaron en cultivarse o pulirse un poco.

Le dicen a mi madre (o a mi) que vaya pantalones uso, porque llevo unos tejanos de esos rotos, pero yo sin cortarme un pelo les contesto: "bueno, lo cierto es que en el contenedor no hay mucho donde elegir, pero si tu me das dinero a mi o a la gente que lo está pasando realmente mal, seguro que podrán vestirse de otra forma".

Ayer, para honrar la fiesta, incluso me afeité, me vestí de persona (por mi madre) y celebramos la fiesta, con una buena paella, a la que se unió mi tía y mas tarde un primo de ellas. Estuvimos hasta las siete de la tarde de tertulia y me fuí enterando de todas sus vivencias de pequeños y de jóvenes y de como era la vida en la posguerra, después de que acabara el conflicto Nacional, que entre los mayores, parece mentira, todavía suscita odios.

Los que se quedaron y supieron ir invirtiendo, también hicieron mucho dinero, pero trabajaron muchisimo.
Pero yo pienso, que si en esa época y mas tardías, hicieron negocio, ahora también se podría hacer. También ellos reconocen que lo que plantaban apenas tenía producción, porque la semilla no era buena (yo creo que también los abonos) y me ponían el ejemplo de las patatas. Me decían que ahora con un patatal se podía alimentar a medio pueblo y entonces con varios patatales no había ni para la familia.
El problema es que la gente está descapitalizada y no llegan las ayudas de financiación o de subvenciones para la gente desempleada y como nuestros Gobiernos han sido unos auténticos "calzonazos" ante Europa, prefieren bajar la cabeza en los acuerdos agrícolas y pesqueros, porque es mas importante que el jefe del partido en Europa esté contento, antes que los propios ciudadanos. Por eso las grandes redes de las multinacionales de la alimentación hacen y deshacen a su antojo haciéndonos comer espárragos peruanos, uvas chilenas o naranjas sudafricanas. Lo digo con todo el respeto, pero creo que sería mejor defender la gran calidad de nuestros productos y poner aranceles a la importación.

Ahí están los Rusos, que por una mala decisión de los alemanes, que parecía querían hacer la "campaña de invierno" ha cerrado fronteras y colapsado los mercados europeos, reventando los precios por un exceso de oferta, mientas Rajoy y el ministro de Agricultura, desde sus lugares de descanso (están muy cansados, parece ser) no saben ni por donde tirar y como nunca han tomado decisiones, sino que las han tomado por ellos, los agricultores, sobre todo de las zonas fruteras como LLeida están pasándolas canutas.

Deberíamos, desde nuestra atalaya urbanita, desviar de vez en cuando la mirada hacia el sector agrícola y ganadero, porque muchos de nuestros conciudadanos se juegan la vida y el pan de sus familias en que esto funcione.

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