MEMORIAS DE UN PARADO III

Hoy me voy a dedicar a escribir a todas las ofertas de trabajo que encuentre, porque cuando me he levantado esta mañana, he puesto la tele y los agoreros de turno estaban diciendo que todo está bien, que hay cinco millones seiscientos mil parados, que tienen que gastarse millones de euros para ayudar a los bancos y que a los funcionarios les van a dejar el sueldo en la mitad.
En los pueblos decían: "ese pasó mas hambre que un maestro de escuela". Me parece que el verbo en pasado ya no tiene ningún sentido, sino que hay que conjugarlo en presente y en futuro.
Después de mirar mis plantas, me asomo por la ventana. En los contenedores de la esquina ya hay gente rebuscando en las basuras.
Los que todavía se creen ricos, dejan muebles, colchones y sillones destrozados, porque creen que vendrá otro, mas pobre, que deseará aprovecharlo. Como decía Calderón de la Barca:

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Aunque la verdad es que no se para qué voy a escribir a ningún empleo, porque no llama absolutamente nadie.
Piden Responsables con inglés y alemán bilingües, dos carreras, tres masters, experiencia y que no pase de 30 años. ¡¡¡ si no le da tiempo !!!.
Si, además, es igual, porque hay 300 inscritos y la oferta sigue meses y meses sin que se decidan por ningún candidato.
Mejor me voy a disfrutar del día, a pasear por la playa y a recoger gusanos de pesca para poder venderlos. Por lo menos, a ver si saco para comprarme un paquetito de tabaco, que ahora lo tengo muy racionado.