martes, 2 de octubre de 2012

MEMORIAS DE UN PARADO LX -cosas raras-

Apenas estoy aterrizando y parece que esto no tiene mala pinta. Por lo menos me escuchan lo que tengo que decir y explicar, que ya es mucho.

Lo que me sorprende es la cantidad de banderas españolas que hay por los balcones y en los bares. En Catalunya no se ve ni una. Deben de ser muy españolistas.

Otra de las cosas que me ha sorprendido mucho es que he estado en la Junta de Castilla y León, para ver como estaba el panorama de los emprendedores. Se trata de un edificio muy alto, incluso yo creo que el mas alto de todo Zamora, al que le llaman los "Nuevos Ministerios" como ocurre en Madrid o en el EUR de Roma, con esa arquitectura típica de otros tiempos.

Cuando he llegado, el bedel, estaba mirando por la ventana y he tenido que repetir, por lo menos tres veces, lo de "Buenos días" sin que el susodicho se diera por aludido. Pasaría alguna señorita de buen ver por la calle y no quería perdérselo.

Cuando ha entendido lo que quería, me ha enviado a una oficina, pero lo curioso del caso es que estaba en un pasillo oscuro, con todas las puertas cerradas y había que esperar en el pasillo, a que saliera la persona de dentro, para que te pudieran atender. Y no es que no cupieran mas personas en las oficinas, ya que son amplias, sino que deben de concentrarlo todo para que los funcionarios con mas cargos tengan el espacio mas ancho en todo el resto del edificio de mas de 15 o 20 plantas.

Como no era allí, a pesar de lo que dijo el bedel, le volví a preguntar y me dió dos direcciones. Una, cuando llegué me di cuenta que era la Cámara Agraria y por ahora no quiero poner una explotación agropecuaria.
La otra dirección ni me acerqué, porque otro bedel aterrizado me decía: "si, hombre, donde estaba la Sección Femenina". Yo no daba crédito a sus palabras, de que todavía pensaran en esas cosas.
La sección femenina era donde se encontraban, en tiempos de la Dictadura, las mujeres que pertenecían a la Falange y donde realizaban una especie de "servicio militar", pero a lo femenino, entendiendo eso como el trato que se le daba a las mujeres de entonces, osea hacer un bordado, una canastilla y prepararse para ser madres, que era lo único a lo que podía aspirar una fémina.
Afortunadamente, todo eso ya ha cambiado.

Eso no quiere decir, que las personas, en general, sean muy amables, que se respiran aires de moverse el dinero, o por lo menos de no estar tan parado como en Tarragona. Aquí no hay construcción o por lo menos, no en el grado superlativo de las zonas costeras y cuando eramos todos millonarios aquí eran de clase media tirando a alta. Pero ahora que hemos aterrizado sin paracaídas, aquí no se han estrellado, a pesar de que también se note la crisis.

Vamos a ver como se desarrollan los próximos días, seguiré con la crónica.

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