Como todos los lunes, como en la película, por ahora, son los "lunes al sol" y nunca mejor dicho, porque a pesar de que en Tarragona está lloviendo mucho, hoy en Zamora hace un día espléndido que invita a pasear y, por lo menos en mi caso, a cuntinuar con el "negocio" de ir entregando tarjetas y pulsando el ambiente de la Ciudad.
Ayer, domingo, hablé con mis hijos y con mis nietos y hubo algo que me llegó al alma. Resulta que mi nieto mayor ya está asumiendo de que estoy fuera y siempre le pregunta a su padre: "a ver papi (le llama papi), aquí hay un mapa, nosotros estamos aquí. ¿donde está el yayo?. Claro, todo eso hace que se ponga un nudo en la garganta de la emoción.
Por lo demás, pues parece que esto avanza a marchas forzadas y que funciona el hecho de estar enviando tarjetas. Son muchos los que llaman, empiezan a tenerme en consideración y aunque yo no conozca a mucha gente, si que empiezo a ser muy conocido en Zamora.
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