sábado, 24 de noviembre de 2012

MEMORIAS DE UN PARADO LXXXVIII - Kenny G y Trullo -

Anoche estuve en un acto cultural que se celebraba en el Colegio Mayor Universitario, donde se imparten Relaciones Laborales, lo cual vuelve a significar que seguimos siendo los mejores, allí donde estemos.

Estuvo muy interesante y levantó un gran debate dialéctico entre todos los asistentes que éramos muchos.
Yo intervine, también en el debate, porque, claro, nunca puedo estar callado. Dice mi prima Eva que eso es de la condición Aries, porque ella también lo es.

Después, claro, pagué las consecuencias de llegar tarde a casa, porque como estoy estudiando un Master en Dirección de Empresas, me quedé hasta las 3 de la mañana estudiando y acompañado de la música de Kenny G, que al final fue la que hizo que me venciera el sueño.

Como duermo con la persiana subida, porque bajarla me agobia, pues como los agricultores, al alba en pie. Lo primero que he tenido que hacer es recoger mi ropa, antes de quedarme sin ella por el viento que hacía, además de un día gris y de txirimiri. Un típico día de otoño, que invita a seguir estudiando.



Menos mal que a Jorge se le ocurrió hacer café esta mañana y, como los parados nunca descansamos, pues me fui a Gaza (ganaderos zamoranos), no la franja que ahora está en las noticias, a entregar mi tarjeta y ofrecer mis servicios.

Después me he permitido la licencia de acercarme a la antigua prisión de zamora, que es donde se rodó la película de "Celda 211" . Es de Daniel Monzón y protagonizada por Luis Tosar, por lo que es curioso visitar escenarios de películas, como si de un "bollywood castellano" se tratara.

 Pues este es el "Trullo" en cuestión, lugar de culto para cinéfilos y especialmente para los estudiantes de Comunicación Audiovisual en el propio Zamora.

Hay una Asociación de "amigos de la prisión", que quieren que se recupere como espacio público, para hacer talleres y lugares de reunión, trabajo y acciones culturales,  pero según sus palabras: "la alcadesa se niega en redondo". Nadie sabe porqué.

Es que, seguramente, la relación entre políticos y prisiones no debe ser la mejor en estos tiempos.

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