sábado, 10 de agosto de 2013

MEMORIAS DE UN PARADO CCXLIV - Aventuras -

Hoy está apretando el calor de lo lindo y ayer también lo hizo. La verdad es que estamos teniendo un verano raro, con días en los que hay que ponerse un jersey y con otros días, que como dicen en León, palabra que aprendí hace poco, hay que estar en "jitos" (osea en chichas, desnudo) y que, cosa rara, no está en el diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Dentro de casa, que se está la mar de bien, hay 26ºC en la planta de arriba y debe de hacer como cinco grados menos en la de abajo, donde realmente se está fresquito.

Esta mañana han venido a ponerme la fontanería de mi cocina, un vecino y al mismo tiempo, amigo, que es un manitas, porque los parados tenemos que buscar a este tipo de personas que nos pueden ayudar. Yo, antes le había ayudado con las cosas que yo se hacer y actualmente, se trata de eso, del intercambio de favores como moneda de uso común, ya que, gracias a nuestros políticos, los recursos escasean para todos por lo que el trueque es la forma habitual de pago.

Ayer, estuve todo el día de aventura. Mi padre fue a echar mano al teléfono y lo había perdido. Como "estaba seguro" que lo tenía en casa, pues tuvo a mi madre hasta la 1,30 de la madrugada, abriendo todos los cajones y mesitas, con tal de encontrarlo. LLamada incluída a mi teléfono cuando estaba en "fase REM" porque, después "estaba seguro" que yo lo había tenido en mis manos, me lo había quedado y luego lo había dejado aquí.

A las 6,00 de la mañana del día siguiente "estaba seguro" de que se lo había dejado en el bar del Camping Los Arribes de Pereña, ya que por la tarde había ido a tomar algo.

Lo siguiente fue, como si trabajara en CSI, la reconstrucción de los hechos que le habían sucedido el día anterior, mientras se fue a dar un paseo, osea meterse por las tierras aradas y sembradas y atollarse hasta las rodillas, como si estuviéramos caminando por las dunas del desierto del Sahara. Recorrer los caminos con los accesos mas recónditos, donde el día anterior se había caído dos veces, dar marcha atras por las tierras otra vez, porque no había salida. Recorrer kilómetros y kilómetros por los senderos, preguntar a los vecinos que tienen un caseto en la tierra para ver si habían visto un móvil, antediluviano, que lógicamente si lo ven se lo van a querer quedar.

Intentar "geolocalizarlo", mientras Javier me daba las instrucciones pertinentes para ver si me acercaba o me alejaba de un área bastante grande, etc.

Es que estos de "movistar" yo no se porque anuncian y ponen en circulación un producto como el "aqui estoy" que es una auténtica patata y que funciona fatal.

Después, tuve que ir con "el manitas" a comprar el material para instalar la fontanería y como a él le gusta mucho caminas y a mí también, pues quedamos para la tarde, dar una vuelta y ver si aparecía el puñetero teléfono.

A las 6 de la tarde, con un auténtico sol de justicia, cayendo, nos pusimos en marcha y se nos unió un hombre que se llama Angel y que además dice que tiene "angel" para encontrar las cosas.

Volvimos a hacer la reconstrucción de los hechos, ya que mi padre, como se vió despistado, menos mal que siempre, como todos los mayores, lleva una navajita y cortó una cuerda que unía dos palets que hacían de puerta, siendo esa la pista que recordaba, por lo que siguiendo esa ruta, después de recorrer unos cuantos kilómetros mas, apareció el teléfono debajo de una piedra, que sería donde se metió al caerse él o al caerse el aparato de su bolsillo. La forma era hacer constantes llamadas por si sonaba.

Hoy por la mañana tenía unas agujetas impresionantes y mi amigo también.
Cuando estamos arreglando las cosas, primero vino una señora a traerme unos tomates estupendísimos y después me obsequió dos botellas de vino natural, hecho en su lagar, del que daré buena cuenta en cuanto se acaba la botella de "verdejo" que tengo empezada y fresquita, la cual si alguien se anima a venir, tengo otra para compartir.

Después aparece el "alguacil" del Ayuntamiento, que se debe de creer que el cargo es como el del antiguo oeste y es el ayudante del sheriff.

"Oye, quiero hablar contigo" (eso desde la moto, a grito pelado y sin quitarse el casco).
Dime.
"Para que llamas a la Diputación porque no tienes agua".
Porque el Ayuntamiento está siempre cerrado, no hay un servicio de emergencias y quien le da servicio a los Ayuntamientos es la Diputación.
"Pues eso no lo tienes que hacer mas porque eso pasa en Pereña".
Entonces, si no tengo agua, ¿a quien aviso?.
"A nadie, lo que tienes que hacer es como los demás, callarte, no decir nada y aguantarte, porque vamos a ver ¿que pasa con la televisión?, no vas a conseguir nada."
Tu eres un servidor público y tendrás que prestar un servicio público que mantengo con mis impuestos.
"Tu no mantienes nada porque con lo que tu pagas o con lo que pago yo no hay para pagar a nadie, por lo que eso de que con los impuestos se paga a los funcionarios es un invento que nos hemos montado en este País, pero que es una mentira".

Dado este punto, recordé el dicho de Einstein que decía: "nunca discutas con un imbécil, porque te llevará a su terreno y te ganará por experiencia".

Le di los buenos días, me di la vuelta, entré en casa y pensé: "bienaventurado el ignorante porque no se entera de nada".

Y es que en estos pueblos pequeños, sobre todo si tienen una oposición un poco fuerte, intentan atemorizar y mantener esto como si fuera un "cortijo".

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