Hoy hace un buen día de sol, con una temperatura de 18ºC, por lo que un jersey fino o una camiseta, no sobra lo mas mínimo. Por la noche refresca bastante y se hace necesario poner una placa un rato, ya que no tengo calefacción y aún es demasiado pronto para ponerla.
Esto funciona como los uniformes que lleva la Guardia Civil de Tráfico, que a veces vienen los años fríos y se les ve todavía con la ropa de verano, ya que porque según el calendario no ha llegado la fecha de que lleven una aplicación de mas abrigo.
Ya llevamos dos veces que me paran. La primera vez fue el jueves pasado, en el cruce de la carretera de Ledesma con el desvío a la presa de Almendra. Me pidieron, primero el carnet de conducir y después todos los papeles, incluído el seguro. Como no lo llevo, tuve que esperar a que hicieran la comprobación pertinente y me dieron paso, sin más.
La segunda vez fue el sábado, al regresar de Salamanca, un poco mas allá, pero esta vez solo enfocaron con la linterna en el interior del coche y como no vieron ningún bulto, pues me dijeron que continuara y muy amablemente me dijeron "ya no le molestamos mas".
Si no es ninguna molestia, todo lo contrario, me parece bien que controlen y actúen, siempre que no sea con ese afán recaudatorio que últimamente les caracteriza. Siempre que se trate de ayudar, de combatir la delincuencia o de hacer mas seguras las carreteras me parece perfecto.
Aunque las carreteras y los caminos, últimamente no están demasiado seguros. La carretera de Salamanca, por ejemplo, hasta Ledesma es un completo desierto, con muy pocos pueblos y rectas muy largas. La velocidad permitida, ya que tiene los arcenes muy pequeños es de 90km./hora. Ya van avisando de que se modere la velocidad por culpa de los animales y es que te puede atravesar un zorro, un jabalí, un corzo o un ciervo. Hay que ir con los cinco sentidos puestos, ya que puede producirse un accidente mortal al mínimo descuido.
Son zonas muy despobladas y cada vez mas, los animales grandes no tienen depredadores y cada vez aumentan. Como no se pueden poner puertas al campo, los accidentes van en aumento.
Si en Collserola o en las afueras de Madrid hay jabalíes, que no será aquí, donde pueden campar a sus anchas piaras enormes. De vez en cuando dan batidas de cazadores, pero se están conviertiendo en plaga, ya que el hambre es mala consejera, para cualquier ser vivo.
Mientras tanto el otoño sigue avanzando hacia el invierno, como dice Sabina en su canción y la naturaleza nos da una serie de regalos, a los que Arguiñano llama "muy interesantes". Tenemos setas, aunque éstas, como no vaya con un experto, me parece que ahí se quedaran. Quedan higos, empiezan los palosantos, las castañas, las nueces, los membrillos y todo aquello que podamos encontrar al alcance de un paseo por la naturaleza o el huerto.
Hoy me tocó vendimiar y acarrear los cestos, eran catorce de 30kg. de uva tanto blanca como tinta. Toda para la elaboración de vino tinto y aguardiente. Fue una experiencia gratificante, que espero repetir.
A la vuelta cogí unas moras, que ya tengo reposando con azúcar y limón para hacer mermelada de aquí un rato.
Esto funciona como los uniformes que lleva la Guardia Civil de Tráfico, que a veces vienen los años fríos y se les ve todavía con la ropa de verano, ya que porque según el calendario no ha llegado la fecha de que lleven una aplicación de mas abrigo.
Ya llevamos dos veces que me paran. La primera vez fue el jueves pasado, en el cruce de la carretera de Ledesma con el desvío a la presa de Almendra. Me pidieron, primero el carnet de conducir y después todos los papeles, incluído el seguro. Como no lo llevo, tuve que esperar a que hicieran la comprobación pertinente y me dieron paso, sin más.
La segunda vez fue el sábado, al regresar de Salamanca, un poco mas allá, pero esta vez solo enfocaron con la linterna en el interior del coche y como no vieron ningún bulto, pues me dijeron que continuara y muy amablemente me dijeron "ya no le molestamos mas".
Si no es ninguna molestia, todo lo contrario, me parece bien que controlen y actúen, siempre que no sea con ese afán recaudatorio que últimamente les caracteriza. Siempre que se trate de ayudar, de combatir la delincuencia o de hacer mas seguras las carreteras me parece perfecto.
Aunque las carreteras y los caminos, últimamente no están demasiado seguros. La carretera de Salamanca, por ejemplo, hasta Ledesma es un completo desierto, con muy pocos pueblos y rectas muy largas. La velocidad permitida, ya que tiene los arcenes muy pequeños es de 90km./hora. Ya van avisando de que se modere la velocidad por culpa de los animales y es que te puede atravesar un zorro, un jabalí, un corzo o un ciervo. Hay que ir con los cinco sentidos puestos, ya que puede producirse un accidente mortal al mínimo descuido.
Son zonas muy despobladas y cada vez mas, los animales grandes no tienen depredadores y cada vez aumentan. Como no se pueden poner puertas al campo, los accidentes van en aumento.
Si en Collserola o en las afueras de Madrid hay jabalíes, que no será aquí, donde pueden campar a sus anchas piaras enormes. De vez en cuando dan batidas de cazadores, pero se están conviertiendo en plaga, ya que el hambre es mala consejera, para cualquier ser vivo.
Mientras tanto el otoño sigue avanzando hacia el invierno, como dice Sabina en su canción y la naturaleza nos da una serie de regalos, a los que Arguiñano llama "muy interesantes". Tenemos setas, aunque éstas, como no vaya con un experto, me parece que ahí se quedaran. Quedan higos, empiezan los palosantos, las castañas, las nueces, los membrillos y todo aquello que podamos encontrar al alcance de un paseo por la naturaleza o el huerto.
Hoy me tocó vendimiar y acarrear los cestos, eran catorce de 30kg. de uva tanto blanca como tinta. Toda para la elaboración de vino tinto y aguardiente. Fue una experiencia gratificante, que espero repetir.
A la vuelta cogí unas moras, que ya tengo reposando con azúcar y limón para hacer mermelada de aquí un rato.
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