jueves, 3 de octubre de 2013

MEMORIAS DE UN PARADO CCLXXVII - Entre nubes y claros -

Esta mañana seguía lloviendo, pero ahora parece que sale el sol, aunque solo va a ser un espejismo, porque sigue amenazando tormenta.

La vida en Pereña, va entrando en una rutina, ahora que se va el verano y la gente se va recogiendo en sus casas. Poco a poco se irán marchando y al final quedaremos los habitantes que no tenemos casa en otro lado, los que nos gusta el pueblo o los que no queremos ir a otro lado.

La llegada de Blanquita es ahora tema de conversación durante días. La otra noche estaba una prima de mi madre asomando medio cuerpo por la esquina frente a mi casa, para poder enterarse del tema.

Ayer, se hizo la encontradiza en el camino y sin ningún pudor, le aplicó el tercer grado. Cosas que a mi me daría vergüenza preguntar y que ella hacía con total cara dura. Es la auténtica vieja del visillo. Yo creo que José Mota se inspiró en ella para su personaje.

Hace años, este tiempo era de tensa espera porque los paisanos se jugaban buena parte de su economía anual en la vendimia.

Hoy en día, con la normativa europea, la desaparición o abandono de las viñas y la compra por parte de las grandes bodegas, son estas las que se juegan su economía y las posibilidades de elaborar un caldo que tenga una aceptación en el mercado.

Los enólogos analizan, cada día, el estado de las uvas, para dictaminar cual es el momento óptimo en el que debe de comenzar el trabajo mas importante del año. De ello dependerá buena parte de la rentabilidad de la bodega.

La fisonomía de Pereña, con casas de piedra y otras arregladas por los "indianos", dan una idea del pasado de esta zona de Castilla y León.

La emigración que se produjo después de la Guerra Civil Española, no fue únicamente a países como Alemania o Francia, sino que también hubo una interior hacia las zonas industrializadas de Catalunya (como mi familia) o País Vasco, donde los Astilleros o los Altos Hornos, necesitaban cantidades ingentes de mano de obra.

Ahora vuelven muchos, pero solo para el verano, nadie se quiere quedar en un pueblo, donde de pequeños o jóvenes, la vida era muy dura. Sin contar con la adaptación total a las zonas que en su día les acogieron.

Digo yo que si tanto dicen los políticos, que los que no son de allí, no quieren saber nada de las independencias ni de lo que se hace en Catalunya o País Vasco y quieren regresar a su tierra ¿porqué no lo hacen?.

Hará unos meses que el Presidente de Extremadura daba por sentado que todos los extremeños que habían emigrado a Catalunya iban a volver, hasta que algunos de sus paisanos le dijeron que de eso nada de nada.

¿Quién quiere volver a una zona llena de caciquismo?. Aquí en Pereña se ve la televisión cuando a ellos les da la gana, cortan la luz cuando les da la gana (toda la luz de España se produce aquí y además se exporta), cortan el agua cuando les da la gana, pero no te quejes, porque entonces viene el alguacil del pueblo a amenazarte.

Castilla y León, además está abandonado a la buena de Dios, ya que si no se promociona que la gente vaya al pueblo y la media de edad está en 70 años, en 20 años mas habrán desaparecido la mitad, convirtiéndose en territorios yermos y pueblos fantasmas, a no ser que se pueda encontrar la fuente de la eterna juventud.

El negocio mas boyante de estas zonas son las residencias y el cuidado de los ancianos. Los demás se tienen que buscar la vida como pueden, ya que aparte de la economía de subsitencia del huerto, que ya se encargan ellos de ponerlo difícil subiendo el agua, y poniendo los precios agrícolas están por los suelos.

A ningún político les interesamos nada, aparte de nuestro voto. Ahora ya han conseguido meterle mano a las pensiones, el paro ha subido, aunque nos lo quieran disfrazar con que es la menor subida del siglo en el mes de septiembre. Las economías familiares, aunque las familias trabajen, no les llega con el sueldo y los demás, pues los demás desahuciados, del mundo laboral y prácticamente de la sociedad.


 

No hay comentarios: