Esta mañana hace un día muy bonito, incluso con calor en el paseo, pero sigue haciendo frío dentro de las casas. A los de las eléctricas ya se les cae la baba, pensando en el aire acondicionado y en lo que podrán facturar con las nuevas tarifas.
Dice tía Conchi, que los periodistas y tertulianos hacen, en Españs, la noche y el día, aseverando cosas que ni siquiera saben, que seguramente se las apuntan y que se ven obligados a opinar según quien les pague. Nada diferente de lo que digo yo.
Ahora resulta que nos han estado dando la matraca, todos los días, con la tarifa de la luz y apenas hay contadores digitales y los que hay no están conectados al sistema que pueda hacer las lecturas contínuas para poder facturar cada hora. Pues vaya.
Encima, se trata hacia un nuevo 1.984 de George Orwell, porque cuando controlen todo eso, sabrán perfectamente, lo que consumimos, a que horas y si hay alguien de visita porque el consumo es mas elevado. Supongo que para poder vendernos las mil cosas que tienen pensadas. Algo así como Google, pero mas generalizado.
Hoy he estado todo el día perreando. Me he levantado tarde, he puesto al día mi correo, he cambiado las pilas a las estaciones metereológicas que tengo por casa, he puesto la mesa, he comido, eso sí, he fregado la cocina y me he sentado a ver la patochada de película que daban en la 1. Después hemos salido a dar un paseo y no tardaré en regresar a casa.
Ayer, estuvimos celebrando mi cumpleaños, todos juntos, que desde Navidad no lo hacíamos. Hubo tarta, de la que yo solo no podía apagar las velas, por lo que me tuvieron que ayudar mis nietos, como no podía ser de otra manera.
Ha sido una semana dura, que empezó en Barcelona, arreglando el ingreso en la Residencia de mi padre, después he trabajado duro con los curriculums. También hubo tiempo para salir con mis nietos y hacer el camino pisando solo las maderas, solo las baldosas de color rojo o dar veinte vueltas sobre mi mismo, con una sola pierna, porque claro, si no sabes hacerlo, te conviertes en algo así como un yayo fracasado que es una piltrafa.
Total, que ayer, después de ver a Sor Lucía Caram en la Sexta noche y alucinar un poco con las verdades como puños que decía, me quedé frito y seguiré medio frito hasta mañana que ponga las pilas, para iniciar la semana con energías renovadas.
Jolines con la monja. Solo le faltó decir: "es que estoy hasta los cojones del puto Montoro", pero bueno, no creo que ese lenguaje sea apropiado, ni para una monja ni para mí, pero, de verdad, que a mi me parecía que lo iba a soltar de un momento a otro.
Dice tía Conchi, que los periodistas y tertulianos hacen, en Españs, la noche y el día, aseverando cosas que ni siquiera saben, que seguramente se las apuntan y que se ven obligados a opinar según quien les pague. Nada diferente de lo que digo yo.
Ahora resulta que nos han estado dando la matraca, todos los días, con la tarifa de la luz y apenas hay contadores digitales y los que hay no están conectados al sistema que pueda hacer las lecturas contínuas para poder facturar cada hora. Pues vaya.
Encima, se trata hacia un nuevo 1.984 de George Orwell, porque cuando controlen todo eso, sabrán perfectamente, lo que consumimos, a que horas y si hay alguien de visita porque el consumo es mas elevado. Supongo que para poder vendernos las mil cosas que tienen pensadas. Algo así como Google, pero mas generalizado.
Hoy he estado todo el día perreando. Me he levantado tarde, he puesto al día mi correo, he cambiado las pilas a las estaciones metereológicas que tengo por casa, he puesto la mesa, he comido, eso sí, he fregado la cocina y me he sentado a ver la patochada de película que daban en la 1. Después hemos salido a dar un paseo y no tardaré en regresar a casa.
Ayer, estuvimos celebrando mi cumpleaños, todos juntos, que desde Navidad no lo hacíamos. Hubo tarta, de la que yo solo no podía apagar las velas, por lo que me tuvieron que ayudar mis nietos, como no podía ser de otra manera.
Ha sido una semana dura, que empezó en Barcelona, arreglando el ingreso en la Residencia de mi padre, después he trabajado duro con los curriculums. También hubo tiempo para salir con mis nietos y hacer el camino pisando solo las maderas, solo las baldosas de color rojo o dar veinte vueltas sobre mi mismo, con una sola pierna, porque claro, si no sabes hacerlo, te conviertes en algo así como un yayo fracasado que es una piltrafa.
Total, que ayer, después de ver a Sor Lucía Caram en la Sexta noche y alucinar un poco con las verdades como puños que decía, me quedé frito y seguiré medio frito hasta mañana que ponga las pilas, para iniciar la semana con energías renovadas.
Jolines con la monja. Solo le faltó decir: "es que estoy hasta los cojones del puto Montoro", pero bueno, no creo que ese lenguaje sea apropiado, ni para una monja ni para mí, pero, de verdad, que a mi me parecía que lo iba a soltar de un momento a otro.
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