Hoy hace un día estupendo, con un poco de viento fresquito, que esperemos pare al mediodía, pero al sol se está muy bien y prueba del buen tiempo y de la fiesta es que ha venido mucha gente a pasar el largo fin de semana a la playa.
El aparcamiento del hotel Canadá que se ve desde la terraza, está lleno de coches de época, que ahora salían, con un ruido ensordecedor a exhibirse por el pueblo. LLaman la atención, ya que se ven Cadillacs, Ford T y lindezas por el estilo.
El miércoles fue un día agitado, empezó porque el martes me quedé a ver el resumen del partido del Atlético de Madrid contra el Chelsea, ya que los parados no tenemos derecho al canal plus. Por la mañana me fui temprano en tren a Barcelona, tomé el metro hasta la Sagrera, llegué a Fabra i Puig para ir a ver a mi padre a la residencia, de allí andando hasta donde estaba el manicomio antes, para atender a las preguntas del asistente social que lleva lo de mi padre, de allí a casa a ver a mi madre y comer con ella, después, vuelta andando a la residencia, otra vez hasta La Sagrera, tren hasta Vilanova i La Geltrú para pasar la tarde con Blanca, regresar a casa, hacer la cena, desatascar la lavadora y cuando me acosté pues estaba mas que rendido.
Bueno, pues mi padre está bien físicamente aunque la demencia le avanza cada vez mas. Pasó un señor y me dice: "ese es el presidente, bueno, el vicepresidente, porque el presidente soy yo".
Cree que está trabajando y se está adaptando a la vida que lleva. Así como cada vez que lo veía me parecía mucho mas deteriorado, ahora parece estabilizado y bien, dentro de lo que cabe.
Y cuando estaba comiendo con mi madre, pues como mi hermano y ella han mirado las cosas de mi padre, ya que dificilmente volverá a casa, se encontraron con cosas nuestras de cuando éramos pequeños. Entre ellas un test de personalidad mío de 1972 del que quiero hacer varias puntualizaciones.
La primera, la que refleja lo repelente que era de pequeño está en las advertencias:
"aconsejamos: tratar de sensibilizarse de los problemas de los demás, comprenderles, ayudarles, ser útil, etc.".
No se en que momento cambié, quizá ver tanto dolor ajeno fue lo que me hizo reflexionar sobre lo dura que es la vida para tanta gente.
La segunda observación, en esa estoy plenamente de acuerdo y sigo igual que entonces: "en tareas sencillas y monótonas rinde poco; en cambio su rendimiento es bueno cuando el trabajo exige iniciativa y creatividad"
Ese es el motivo por el que lo mediocre me aburre soberanamente, por el que no entiendo a los políticos que son mediocres, por el que me dan pena los futbolistas que cuando acaban su carrera deportiva no tienen nada, etc.
Blanquita siempre me dice: "Es que a veces hablas con la gente y cambias de tema dejándolos con la palabra en la boca". Pues es precisamente por eso, porque su conversación es mediocre, no me aporta nada y encima se creen que me estoy tragando lo que me cuentan.
"stultorum numerus infinitus est". Osea, el número de idiotas es infinito.
Ayer estuve mirando ofertas, pero estos días de fiesta han parado todo. Incluso en Calafell, estaba cerrado todo, pero no por altruísmo de dar un día de fiesta a los trabajadores, que eso les importa mas bien poco, ya que lo único que quieren es dinero. Se trata de que las multas por abrir el 1 de Mayo son bastante gordas y si son reincidentes muchísimo mas gordas, por lo que los empresarios no se quieren arriesgar y como siempre hay alguien despedido de mala manera, como esto es un pueblo, pues esperan la ocasión para llevar un ticket de compra a la autoridad y denunciar.
Las manifestaciones pedían empleo y empleo digno, no la precariedad en la que se está convirtiendo el trabajo en España.
Los socialistas del PSC o lo que queda de ellos hacían una fiesta con paella gigante en el Puerto de Segur de Calafell, pero costaba cinco euros, no se si el IVA aparte, cuando en Zamora este tipo de eventos son gratis para los trabajadores. El que quiera aportar algo lo hace, si puede, pero tanto en un caso como en el otro, los trabajadores siempre son bienvenidos a la fiesta del Primero de Mayo y tienen derecho a comerse un plato de paella, gratis. Será que los socialistas no son demasiado partidarios de los trabajadores, a juzgar por sus actos y sus políticas.
La derecha, mientras tanto, en sus cadenas, afilaba los cuchillos para despotricar contra los sindicatos, lógicamente y dar sus "loas" al Gobierno, al que con los últimos datos de la EPA se le han desmontado todas sus teorías de los brotes verdes y el "España va bien".
Aunque muchos, en vez de acudir a una jornada reivindicativa, lo que estaban era mirando como podían llegar a Lisboa el día 24 para ver la final de la Champions, que por primera vez jugaran dos equipos de la misma Ciudad (con todo merecimiento eso sí), pero como yo no soy madrileño y encima soy del Barça, pues haré como el chiste: "mamá, mamá, las lentejas se pegan. Pues déjalas que se maten", ya que entre madrileños se va a quedar esto.
Y finalmente esta foto que quiero que vean mis amigos de Salamanca, Zamora y Pereña, que no me creen cuando digo que la gente tira todo al contenedor en Catalunya (si aciertan con la puntería) y que está todo sucísimo y lleno de guarros, guarros. Colchones, ropa, cajas, comida. En fin el escaparate de la suciedad.
Bueno, en Calafell, queman los contenedores. Deben de pensar: "total para lo que sirven".
Si esta es la Catalunya que vamos a construir, lo haremos sobre un vertedero.
El aparcamiento del hotel Canadá que se ve desde la terraza, está lleno de coches de época, que ahora salían, con un ruido ensordecedor a exhibirse por el pueblo. LLaman la atención, ya que se ven Cadillacs, Ford T y lindezas por el estilo.
El miércoles fue un día agitado, empezó porque el martes me quedé a ver el resumen del partido del Atlético de Madrid contra el Chelsea, ya que los parados no tenemos derecho al canal plus. Por la mañana me fui temprano en tren a Barcelona, tomé el metro hasta la Sagrera, llegué a Fabra i Puig para ir a ver a mi padre a la residencia, de allí andando hasta donde estaba el manicomio antes, para atender a las preguntas del asistente social que lleva lo de mi padre, de allí a casa a ver a mi madre y comer con ella, después, vuelta andando a la residencia, otra vez hasta La Sagrera, tren hasta Vilanova i La Geltrú para pasar la tarde con Blanca, regresar a casa, hacer la cena, desatascar la lavadora y cuando me acosté pues estaba mas que rendido.
Bueno, pues mi padre está bien físicamente aunque la demencia le avanza cada vez mas. Pasó un señor y me dice: "ese es el presidente, bueno, el vicepresidente, porque el presidente soy yo".
Cree que está trabajando y se está adaptando a la vida que lleva. Así como cada vez que lo veía me parecía mucho mas deteriorado, ahora parece estabilizado y bien, dentro de lo que cabe.
Y cuando estaba comiendo con mi madre, pues como mi hermano y ella han mirado las cosas de mi padre, ya que dificilmente volverá a casa, se encontraron con cosas nuestras de cuando éramos pequeños. Entre ellas un test de personalidad mío de 1972 del que quiero hacer varias puntualizaciones.
La primera, la que refleja lo repelente que era de pequeño está en las advertencias:
"aconsejamos: tratar de sensibilizarse de los problemas de los demás, comprenderles, ayudarles, ser útil, etc.".
No se en que momento cambié, quizá ver tanto dolor ajeno fue lo que me hizo reflexionar sobre lo dura que es la vida para tanta gente.
La segunda observación, en esa estoy plenamente de acuerdo y sigo igual que entonces: "en tareas sencillas y monótonas rinde poco; en cambio su rendimiento es bueno cuando el trabajo exige iniciativa y creatividad"
Ese es el motivo por el que lo mediocre me aburre soberanamente, por el que no entiendo a los políticos que son mediocres, por el que me dan pena los futbolistas que cuando acaban su carrera deportiva no tienen nada, etc.
Blanquita siempre me dice: "Es que a veces hablas con la gente y cambias de tema dejándolos con la palabra en la boca". Pues es precisamente por eso, porque su conversación es mediocre, no me aporta nada y encima se creen que me estoy tragando lo que me cuentan.
"stultorum numerus infinitus est". Osea, el número de idiotas es infinito.
Ayer estuve mirando ofertas, pero estos días de fiesta han parado todo. Incluso en Calafell, estaba cerrado todo, pero no por altruísmo de dar un día de fiesta a los trabajadores, que eso les importa mas bien poco, ya que lo único que quieren es dinero. Se trata de que las multas por abrir el 1 de Mayo son bastante gordas y si son reincidentes muchísimo mas gordas, por lo que los empresarios no se quieren arriesgar y como siempre hay alguien despedido de mala manera, como esto es un pueblo, pues esperan la ocasión para llevar un ticket de compra a la autoridad y denunciar.
Las manifestaciones pedían empleo y empleo digno, no la precariedad en la que se está convirtiendo el trabajo en España.
Los socialistas del PSC o lo que queda de ellos hacían una fiesta con paella gigante en el Puerto de Segur de Calafell, pero costaba cinco euros, no se si el IVA aparte, cuando en Zamora este tipo de eventos son gratis para los trabajadores. El que quiera aportar algo lo hace, si puede, pero tanto en un caso como en el otro, los trabajadores siempre son bienvenidos a la fiesta del Primero de Mayo y tienen derecho a comerse un plato de paella, gratis. Será que los socialistas no son demasiado partidarios de los trabajadores, a juzgar por sus actos y sus políticas.
La derecha, mientras tanto, en sus cadenas, afilaba los cuchillos para despotricar contra los sindicatos, lógicamente y dar sus "loas" al Gobierno, al que con los últimos datos de la EPA se le han desmontado todas sus teorías de los brotes verdes y el "España va bien".
Aunque muchos, en vez de acudir a una jornada reivindicativa, lo que estaban era mirando como podían llegar a Lisboa el día 24 para ver la final de la Champions, que por primera vez jugaran dos equipos de la misma Ciudad (con todo merecimiento eso sí), pero como yo no soy madrileño y encima soy del Barça, pues haré como el chiste: "mamá, mamá, las lentejas se pegan. Pues déjalas que se maten", ya que entre madrileños se va a quedar esto.
Y finalmente esta foto que quiero que vean mis amigos de Salamanca, Zamora y Pereña, que no me creen cuando digo que la gente tira todo al contenedor en Catalunya (si aciertan con la puntería) y que está todo sucísimo y lleno de guarros, guarros. Colchones, ropa, cajas, comida. En fin el escaparate de la suciedad.
Bueno, en Calafell, queman los contenedores. Deben de pensar: "total para lo que sirven".
Si esta es la Catalunya que vamos a construir, lo haremos sobre un vertedero.
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