miércoles, 7 de mayo de 2014

MEMORIAS DE UN PARADO CCCXCVI - Dias malos -

Esta mañana hay nubes y claros en el cielo, pero unos cuantos claroscuros en mi corazón.

Dos noticias han afectado mi ámbito personal y ambas me han dejado consternado.

La primera es la mas trágica. La muerte de la psicóloga Violeta Guarido Rivera de 29 años, en un centro psiquiátrico de Palencia, por una interna de León que le asestó varios cortes mortales con un cuchillo.

Violeta era hija de dos concejales de Izquierda Unida de Zamora. Francisco Guarido y Laura Rivera.

Con ambos, aunque mantuvimos una amistad durante bastante tiempo, la cosa se acabó truncando porque les afee su conducta de que un concejal de Izquierda Unida no podía ir oficiando bodas a todo boato, con limusina y rolls royce, cuando a su paso había gente hurgando en los contenedores de basura para poder comer.

Guarido es una persona con carisma, con una ideología mas cercana a la socialdemocracia, que a la izquierda mas plural, líder indiscutible de un partido en horas bajas.

Pero las diferencias políticas que puedan existir no tienen nada que ver, para el inmenso dolor de unos padres, a los que un hecho trágico ha arrebatado a su hija, de la manera mas fatal.

Ayer le escribí con mis mas sentidas condolencias, deseando que puedan superar el golpe bajo que la vida, tan injusta para muchos,  les ha asestado.

Que te levantes por la mañana, para iniciar un nuevo día de proyectos, ilusiones y seguro que planes para el siguiente fin de semana y que veas que eso no va a suceder nunca mas, es para unos padres, lo peor que puede ocurrir, ya que ninguno deberíamos sobrevivir a que un hijo falte.

La otra noticia, muy diferente, es la de la familia Matamala en Calafell.

Aunque estoy trabajando desde los 13 años, pero en el ámbito familiar, cuando tenía 19 años, las circunstancias familiares hicieron que me fuera de casa en busca de mi propio futuro.

Recordemos que hasta la promulgación de la Constitución el 6 de diciembre de 1.978, la mayoría de edad era a los 21 años, pero eso no fue motivo para retenerme y afrontar mis propias responsabilidades.

El primer trabajo que tuve en mi vida, asegurado y por cuenta ajena, fue como recepcionista en un pequeño hotel, que devoró la fiebre inmobiliaria de la costa, que también se llamaba Solimar.

El director de ese hotel y del Hotel Miramar, era el Sr. Matamala, que para mí ejerció como un padre, me dió consejos, me vigiló y me enseñó a trabajar, por lo que siempre lo he recordado con cariño y no conozco a ningún empleado de la época que pensara lo contrario.

Yo entré para la temporada de verano de 1.978 y cuando acabó, el Sr. Matamala había hablado por mí, para continuar unos meses mas en el Hotel Europa de Sant Salvador, pero como yo era muy joven, deseaba un trabajo para todo el año y poder defender a mi esposa y al hijo que ya venía en camino.

La vida nos llevó por caminos diferentes y yo se que la familia Matamala, dejó el Miramar y centró su negocio en el nuevo Hotel Solimar con 700 plazas hoteleras y dos restaurantes en Barcelona cuyo gerente era Anna Matamala, hija de mi antiguo jefe.

Hoy, publican la noticia del "concurso de acreedores" en los que han dejado, entre otras cosas, a los trabajadores sin cobrar, cosa que me entristece sobremanera, porque al final, las víctimas de la crisis, siempre somos los mismos, la parte mas débil, que sin duda son los que hemos hecho que las empresas lleguen hasta la cima.

La crisis está arrasando con todo y no deja títere con cabeza en esta Europa condenada al desastre, por unas políticas conservadoras, llenas de austeridad y corrupción.

Javier López, en el Periódico de Catalunya, ilustra hoy en un artículo de opinión acerca del futuro que nos espera, de existir una continuidad de políticas. Su partido tampoco es que haya hecho mucho porque esto cambie, pero entre todos, deberíamos tenerlo en cuenta. 

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