viernes, 9 de mayo de 2014

MEMORIAS DE UN PARADO CCCXCVIII - Finde -

Sigue luciendo el sol y con ausencia de nubes en una Catalunya que languidece económicamente, a pesar de lo que puedan decir unos dirigentes que desde la medianoche se encuentran en campaña electoral y nos van a dar el palo con promesas que no tienen ninguna intención de cumplir.

Mientras, según la última encuesta, se colaría Pablo Iglesias, como diputado europeo, con su grupo "podemos", lo demás va a ser mas de lo mismo sin solución de continuidad.

Muchas personas, dejan de lado su dignidad, para acudir a comedores sociales o ponerse en colas interminables para que les den algo de comida, mientras cada vez mas políticos y personajes públicos se lo llevan calentito.

Ahora es Montserrat Caballé, la que ha empezado a pagar su deuda con Hacienda para evitar el juicio.

Los últimos datos, entre la corrupción y el perjuicio causado, hablaban de 41 mil millones de euros anuales, la cifra que no está disponible para sanidad, educación o inversiones que tanta falta nos hacen para la creación de empleo.

El resto de los países europeos, también han sufrido una crisis y se ven obligados a realizar recortes, pero no tienen las escandalosas cifras de paro, que condenan a gran parte de la población a la exclusión social.

La mejor tasa de desempleo en los buenos tiempos de la burbuja inmobiliaria, era en España del 7,93, siendo todavía superior al 7% que hay hoy en día en países escandinavos como Dinamarca y que están ya en el debate de reducir la jornada laboral, sin reducir el salario.

En España, en los buenos tiempos, también se habló de reducir la jornada laboral para repartir el trabajo, pero lo primero que hicieron los empresarios, algunos de ellos en la cárcel, fue decir que si se reducía la jornada también había que reducir el salario.

Aquí en Calafell, los inspectores de trabajo, no deben de saber colocarlo en el mapa, ya que hay muchas tiendas, donde el personal hace jornadas interminables, que superan de largo las 40 horas semanales y donde el salario no es nada del otro mundo.

El trabajador calla por la necesidad de estar colocado y no formar parte de las filas del desempleo, pero es injusto que hayamos llegado a un clima de explotación de tamaño semejante.

Lo bueno, que parece que se están haciendo algunas inversiones de adecuación de las instalaciones hoteleras, restauración y servicios, buscando ofrecer un valor añadido a la zona turística, con el fin de atraer a todos esos veraneantes que según los políticos van a llegar en masa a nuestras costas, como si de una invasión pirata se tratara.

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