sábado, 31 de mayo de 2014

MEMORIAS DE UN PARADO CDXIII - Telefono -

Esta mañana, por fin, luce el sol, aunque las temperaturas no se han acabado de recuperar, puesto que ayer por la tarde había unos nubarrones que a ratos descargaban una lluvia importante.

Blanquita y yo fuimos a Vilanova a dar un paseo y mirar tiendas, pero sin comprar nada, que no podemos, pero por cambiar un poco de aires, que los de Calafell ya los tenemos muy vistos.

Resulta que la Rambla estaba ocupada por una feria de vino, pero en comparación con zonas de La Rioja o Toro, parece ser que querían hacer el agosto en mayo.

En Toro se paga una entrada de 5€ que te da derecho a una copa y a beber por todos los tenderetes o expositores de la Feria.

En Vilanova, como si hubieran descubierto la pólvora de nuevo, eran 9€ que te daba derecho a una copa y cuatro catas (del tamaño del tubo del cuentagotas), 6€ cuatro catas porque te llevabas tu la copa, 6€ dos catas de comida, aunque no se que, porque aparte de los vinos solo estaba Reyes y Varón que es un distribuidor de bacalao y una casa de aperitivos. Finalmente 13€ si te daban la copa, tomabas 4 catas y 2 aperitivos.

Esto es como lo de la gasolina. Si resulta que el tío de la gasolinera me engaña, pues mejor me la pongo yo, hago el tonto, desaparecen todos los empleados de gasolinera y me la cobran al mismo precio que si me la pusieran.

Yo caté algún vino, porque conocía a expositores de alguna feria internacional que habíamos coincidido y pagar no iba a pagar porque no tengo un euro.

Debe de ser la época de los acontecimientos lúdicos, porque esta mañana en Calafell había una demostración de vehículos de rescate, con helicópteros, ambulancias, todo terrenos, etc.

También estaban los moteros con sus Harleys, circulando por el Paseo Marítimo y los testigos de Jehová que habían montado un tenderete con libros, mientras que sus acólitos o empleados, nunca lo he sabido, se dedicaban a hacer proselitismo a todo bicho viviente que paseaba.

Mientras tanto, lo que de verdad es "acojonante" es que hace un mes que di de baja mi teléfono y nadie, nadie ha preguntado por mí. Tienen el teléfono de Blanquita que no está dado de baja porque todavía tiene permanencia, el correo, facebook, etc. No le intereso absolutamente a nadie, como si el hecho de estar parado y sin recursos fuera una enfermedad contagiosa.

En fin, esto no es nuevo, ya lo decía Sancho Panza en la inmortal obra de El Quijote: "arrieritos somos y por los caminos nos encontramos".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No, los parados no importamos a nadie,y si pasamos de los 50 aun importamos menos.

Mientras tanto Rajoy y Rubalcaba han hablado para ver como frenan a Pablo Iglesias de "podemos", (elconfidencialdigital.com).

Cagarrinas deben tener de perder sus privilegios.