Esta mañana estoy escribiendo desde casa de mi tía, con todo abierto, aún a riesgo de que entren algunas moscas, pero es que en breve va a empezar de nuevo a apretar el calor, que es como si cayera la maldición bíblica del fuego purificador. Ayer, sobre las 5 de la tarde estábamos a 37ºC, por lo que sin protección no se podía salir a la calle. Habrá que ir a comprarse el sombrero de paja o esa especie de mini parasoles, tan graciosos que usan los turistas para el sol. Todo vale.
Bueno, pues en Zamora se ven grúas funcionando y algunas tiendas que han cambiado de titularidad, otras de domicilio, pero parece que se ve actividad, aunque puede ser el espejismo del visitante y no la realidad del emigrante, como aquellos que fueron a Alemania, creyendo que se ataban los perros con longanizas y luego saltaban de gozo cuando les salió un minijob por 400€, para poner cervezas en un bar.
Desde luego, siguen siendo de Zamora, porque el bar, que también es restaurante, donde iba yo, por amistad y porque eran aficionados del Barça ha cambiado de titular. El nuevo le debe de faltar experiencia y lógicamente carisma, porque el negocio no le va igual.
Pensé que con mi experiencia, le podía ayudar en la gestión, tanto de personal como en la de compras, que son el meollo de un buen negocio. Pues bien, como siempre, como hacen todos: "Mire, yo soy asesor fiscal y laboral.....". Corte en seco, para decirme: "yo ya tengo mi asesor".
Pues bueno, si tienes tu asesor, pero el negocio no funciona, encima tienes la posibilidad de contar con una segunda opinión, de momento gratis, pues no seas burro y aprovechala. Por lo menos sería lo que yo haría, además de escuchar de forma completa la propuesta que me están haciendo, que no le estoy ofreciendo una nueva compañia de móvil, sino la gestión de su "modus vivendi".
En fin, así nos va como nos va. El tejido empresarial español de las pequeñas empresas, que dicen que son las que dan trabajo, tienen un problema de formación, asesoramiento y adaptación a la nueva realidad económica.No saben establecer una estrategia, por lo que la recuperación del mercado laboral se convierte en prácticamente inviable.
Si un negocio ha funcionado bien, pero deja de hacerlo, el empresario tiene que buscar las causas o venderse el barco, como le ocurrió al panadero que puso el grito en el cielo porque se le establecía un granier al lado.
Bueno, pues en Zamora se ven grúas funcionando y algunas tiendas que han cambiado de titularidad, otras de domicilio, pero parece que se ve actividad, aunque puede ser el espejismo del visitante y no la realidad del emigrante, como aquellos que fueron a Alemania, creyendo que se ataban los perros con longanizas y luego saltaban de gozo cuando les salió un minijob por 400€, para poner cervezas en un bar.
Desde luego, siguen siendo de Zamora, porque el bar, que también es restaurante, donde iba yo, por amistad y porque eran aficionados del Barça ha cambiado de titular. El nuevo le debe de faltar experiencia y lógicamente carisma, porque el negocio no le va igual.
Pensé que con mi experiencia, le podía ayudar en la gestión, tanto de personal como en la de compras, que son el meollo de un buen negocio. Pues bien, como siempre, como hacen todos: "Mire, yo soy asesor fiscal y laboral.....". Corte en seco, para decirme: "yo ya tengo mi asesor".
Pues bueno, si tienes tu asesor, pero el negocio no funciona, encima tienes la posibilidad de contar con una segunda opinión, de momento gratis, pues no seas burro y aprovechala. Por lo menos sería lo que yo haría, además de escuchar de forma completa la propuesta que me están haciendo, que no le estoy ofreciendo una nueva compañia de móvil, sino la gestión de su "modus vivendi".
En fin, así nos va como nos va. El tejido empresarial español de las pequeñas empresas, que dicen que son las que dan trabajo, tienen un problema de formación, asesoramiento y adaptación a la nueva realidad económica.No saben establecer una estrategia, por lo que la recuperación del mercado laboral se convierte en prácticamente inviable.
Si un negocio ha funcionado bien, pero deja de hacerlo, el empresario tiene que buscar las causas o venderse el barco, como le ocurrió al panadero que puso el grito en el cielo porque se le establecía un granier al lado.
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