Ha empezado el mes de agosto con un viento fresquito, aunque a esta hora tenemos 30,2ºC en el exterior y 25,4ºC en el interior, con una humedad relativa del 51%.
Me he levantado temprano, porque en Pereña, las puertas tienen una contrachapa de protección, por las largas ausencias de las personas.
La cuestión es que una vez, mis padres se la dejaron sin poner, o como no encajaban bien los pestillos se abrió, o mi padre, ya con su enfermedad, se descuidó y el viento, que es a menudo fuerte por esta zona, hizo que la chapa golpeara contra la baranda y la tirara abajo.
El año pasado vino el herrero a soldarla, pero había que rematarla de pintura. Mi madre me dejó la brocha la pintura y el bote que ella había utilizado en otro arreglo y cuando marcharon el 21 de septiembre yo le dije: "mamá, no te preocupes que esta semana pinto la baranda". Pues, bueno viene mañana y hoy me he tenido que levantar temprano para hacerlo. Menos mal que seca rápido.
Lo mismo pasó con el trastero, también he tenido que ordenarlo todo, porque estaba manga por hombro, después de que Blanquita cuando estuvo el año pasado cambiara la decoración de la casa. Todo lo que sobraba iba al trastero, pero encima quedaba en cualquier sitio y las madres son como los inspectores de hacienda, siempre encuentran el fraude a la primera.
Después he ido al médico que me ha dicho que el cultivo ha dado negativo y que una vez acabe los antibióticos volveré a estar como una rosa, por lo que el aire de Pereña parece que tiene sus efectos.
Además no hay que pedir hora y tanto ayer como hoy he estado solo, como aquí no se muere nadie, pues ni siquiera enferman y no necesitan médico. Lo único que hacen es los días que están aburridos es ir a cotillear, con la excusa de pedir recetas, que yo creo que ni se toman la medicación.
Las diferencias principales, yo creo que se deben a la falta de estress, a la ausencia de contaminación acústica y lumínica, a que aparte de las novelas, sálvame y el tiempo, no ven otra cosa, ya que por las noches de verano salen a pasear y en las del invierno se van a dormir.
Todo está en calma, menos la tortuga de mis vecinos, que se tuvieron que ir a Madrid sin ella y la mujer está toda preocupada. Se habrá ido de vacaciones a las islas galápagos, porque es una tortuga de agua.
Tampoco he vuelto a ver a la "vieja del visillo" porque ya le puse las peras al cuarto con el fin de que me dejara en paz de una vez, incluso la amenacé con denunciarla por injurias y calumnias.
Pero lo que no se puede evitar es que eso de la chafardería lo llevan en la sangre. Me encuentro con una prima de mi madre y me pregunta si duermo en la casa de arriba o en la de abajo. Le digo que en la de arriba que es mas cómoda y me empieza a decir que ella la había visto de esta manera y de la otra, pero, claro, se imagina que si vivo en ella ha sufrido muchos cambios, por lo que toda su intención era que yo la invitara, cosa que por supuesto no he hecho, pero ella no ha desfallecido y finalmente me ha soltado entre medio de un suspiro: "bueno, pues ya la veré". Si depende de mí que se vaya olvidando.
Empieza agosto y en Castilla son días largos y tediosos, para el trabajo, por lo que el único aliciente que va a quedar será poner el huerto en condiciones.
Me he levantado temprano, porque en Pereña, las puertas tienen una contrachapa de protección, por las largas ausencias de las personas.
La cuestión es que una vez, mis padres se la dejaron sin poner, o como no encajaban bien los pestillos se abrió, o mi padre, ya con su enfermedad, se descuidó y el viento, que es a menudo fuerte por esta zona, hizo que la chapa golpeara contra la baranda y la tirara abajo.
El año pasado vino el herrero a soldarla, pero había que rematarla de pintura. Mi madre me dejó la brocha la pintura y el bote que ella había utilizado en otro arreglo y cuando marcharon el 21 de septiembre yo le dije: "mamá, no te preocupes que esta semana pinto la baranda". Pues, bueno viene mañana y hoy me he tenido que levantar temprano para hacerlo. Menos mal que seca rápido.
Lo mismo pasó con el trastero, también he tenido que ordenarlo todo, porque estaba manga por hombro, después de que Blanquita cuando estuvo el año pasado cambiara la decoración de la casa. Todo lo que sobraba iba al trastero, pero encima quedaba en cualquier sitio y las madres son como los inspectores de hacienda, siempre encuentran el fraude a la primera.
Después he ido al médico que me ha dicho que el cultivo ha dado negativo y que una vez acabe los antibióticos volveré a estar como una rosa, por lo que el aire de Pereña parece que tiene sus efectos.
Además no hay que pedir hora y tanto ayer como hoy he estado solo, como aquí no se muere nadie, pues ni siquiera enferman y no necesitan médico. Lo único que hacen es los días que están aburridos es ir a cotillear, con la excusa de pedir recetas, que yo creo que ni se toman la medicación.
Las diferencias principales, yo creo que se deben a la falta de estress, a la ausencia de contaminación acústica y lumínica, a que aparte de las novelas, sálvame y el tiempo, no ven otra cosa, ya que por las noches de verano salen a pasear y en las del invierno se van a dormir.
Todo está en calma, menos la tortuga de mis vecinos, que se tuvieron que ir a Madrid sin ella y la mujer está toda preocupada. Se habrá ido de vacaciones a las islas galápagos, porque es una tortuga de agua.
Tampoco he vuelto a ver a la "vieja del visillo" porque ya le puse las peras al cuarto con el fin de que me dejara en paz de una vez, incluso la amenacé con denunciarla por injurias y calumnias.
Pero lo que no se puede evitar es que eso de la chafardería lo llevan en la sangre. Me encuentro con una prima de mi madre y me pregunta si duermo en la casa de arriba o en la de abajo. Le digo que en la de arriba que es mas cómoda y me empieza a decir que ella la había visto de esta manera y de la otra, pero, claro, se imagina que si vivo en ella ha sufrido muchos cambios, por lo que toda su intención era que yo la invitara, cosa que por supuesto no he hecho, pero ella no ha desfallecido y finalmente me ha soltado entre medio de un suspiro: "bueno, pues ya la veré". Si depende de mí que se vaya olvidando.
Empieza agosto y en Castilla son días largos y tediosos, para el trabajo, por lo que el único aliciente que va a quedar será poner el huerto en condiciones.
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